lunes, 30 de mayo de 2011

Esperpento legal



Quede claro que estoy en contra de cualquier tipo de racismo o discriminación en cualquier tipo de ámbito de la vida normal. Todo aquello donde haya cualquier tipo de desigualdad de unos a otros debe ser perseguido y sancionado.

Pero cuando uno hace una ley, y yo no soy ni juez ni abogado, ha de tener en cuenta los daños colaterales de la misma. Me estoy refiriendo a la “Ley de Igualdad de trato” de la inefable y bien formada académicamente Leire Pajín.

El artículo 1, desde mi gran ignorancia, dice que dicha norma regulará los “derechos y obligaciones de las personas, físicas o jurídicas, públicas o privadas”. Y yo me pregunto: ¿si me regulan un derecho que me pertenece no me están quitando ese derecho? Por lo tanto sería anticonstitucional desde mi punto de vista.

El artículo 2 dice que nadie podrá ser discriminado por razón de nacimiento, sexo, religión, convicción u opinión… Por lo tanto si una persona pone un comentario de su propia opinión en mi blog puedo estar jodido doblemente: 1º si publico ese comentario puedo ser sancionado en caso que se califique discriminatorio y 2º si no lo publico estoy cometiendo un acto de discriminación hacia la persona que lo escribe.

Pero si decido cerrar el/los blog/s que tengo estaría nuevamente jodido porque caigo en la discriminación indirecta, según el Artículo 5 de la Ley (así lo entiendo yo) por miedo a ser multado por algún tipo de discriminación directa, y además discrimino los comentarios que ya están autorizados en dichos blogs.

Pero si llegase a cerrar el blog, ¿no me están quitando le derecho a la libertad de expresión? Por lo tanto ¿no estoy siendo discriminado por una ley anti discriminatoria?

Y si alguien me denuncia por algún comentario al amparo de esta ley y decido impedirle a dicho sujeto algún otro comentario, estaría yendo contra el Artículo 10 de dicha ley donde me pueden sancionar con una multa de entre 10.001 euros y 60.000 euros.

Y con esto digo que, ya da igual todo, ya e siento cohibido en mi derecho de libertad de expresión. ¿Quién paga esta injusticia?

Yo prefiero que dimita la masterizada Leire Pajín.

Javier Romo

PD: Ruego tengan cuidado en los comentarios que pongan, no vaya a ser que me multen.

sábado, 28 de mayo de 2011

Basta ya de tonterías


Que el gobierno lo hace mal, sí. Que no hay oposición clara para salir de esta, también. Que todo está negro y no se vislumbra que despeje, es cierto.

Pero basta ya de peregrinar en la cómoda posición del “sillón ball” limitándose a mandar correos email de quejas. Quejas que se remiten a dar crítica de lo que pasa alrededor y sin embargo nos hacemos eco públicamente del “paso de la política”, “soy apolítico” o “todos son unos mangantes”.

¿Cuándo vamos a tener gente que diga: “son malos, voy a intentar hacerlo mejor”. Pero, Claro, desde la posición lejana del “tiro la piedra y escondo la mano”, desde la cobardía de la crítica emailiana con el sólo propósito de mandar y reenviar emails recibidos; vivimos en una vida cómoda y que ahí me las den todas.
¿Dónde está la Plataforma Democracia Real Ya? ¿Acaso Alfredo dio orden ya de que se fueran a casa viendo el fracaso del resultado?

Por Dios (si existe), dejemos ya ese sillón cómodo, y de abrir la boca en forma de queja de los que intentan hacer algo. ¿Acaso yo hago algo para mejorar lo que me rodea? 

Pues mientras yo (evidentemente no me refiero a mí) siga con la intención de quejarme y no intentar hacer nada para mejorar no tengo el derecho de la queja. Sí de la crítica pero o de la queja.

Mientras yo personalmente, con mis hechos y mi esfuerzo, no haga nada para conseguir que desaparezcan esas desigualdades de las que me quejo, mientras yo con mi esfuerzo no combata las libertades y los derechos que realmente nos pertenece y actualmente no tenemos, mientras los jueces estén cohibidos por el poder mediático y no tengan libertad para ejercer su trabajo, mientras yo no persiga al asesino, al violador…, mientras yo no haga por perseguir la corrupción, mientras yo siga diciendo “la política me importa un carajo”; mientras todo esto ocurra, no tengo ningún derecho a quejarme.

Así que si pensáis seguir usando el arma del sillón ball, al menos cerrar la boca.

miércoles, 25 de mayo de 2011